La oscura conexión entre la ETA antinuclear y el gran apagón: asesinatos, sabotaje y una derrota estatal silenciada

Este artículo analiza la conexión entre ETA, la energía nuclear y el reciente gran apagón en España. A través de datos históricos, ejemplos internacionales y recomendaciones concretas, se expone una problemática urgente: la necesidad de reforzar la seguridad energética nacional ante amenazas tanto físicas como digitales.

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En los últimos días, el término “la oscura conexión entre la ETA antinuclear y el gran apagón” ha comenzado a resonar con fuerza en medios de comunicación y redes sociales. Este fenómeno no es casualidad, sino el reflejo de una preocupación creciente sobre la seguridad de nuestras infraestructuras energéticas y la memoria histórica de hechos que marcaron profundamente el rumbo del país. Este artículo ofrece una mirada profunda, documentada y accesible para comprender un episodio que combina terrorismo, estrategia estatal, energía y modernidad.

ETA, la organización separatista vasca, llevó a cabo durante varias décadas una campaña de violencia que incluyó atentados contra infraestructuras energéticas clave, muchas veces en nombre de una ideología antinuclear que fue instrumentalizada como parte de su lucha armada. Su oposición a la energía nuclear tuvo como epicentro la central nuclear de Lemóniz, ubicada en Vizcaya. Lo que muchos desconocen es que esta ofensiva no sólo causó muertes, sino que alteró para siempre la estrategia energética del Estado español.

La oscura conexión entre la ETA antinuclear y el gran apagón
La oscura conexión entre la ETA antinuclear y el gran apagón

La oscura conexión entre la ETA antinuclear y el gran apagón

Tema ClaveDetalles
OrganizaciónETA (Euskadi Ta Askatasuna)
ObjetivoSabotaje a proyectos nucleares como Lemóniz
Consecuencias9 muertes, cierre de Lemóniz en 1984
Apagón 2025Afectó a millones, investigación abierta sobre sabotaje
Fuente oficialRed Eléctrica Española

La historia de ETA y la energía nuclear en España nos recuerda que las decisiones del pasado tienen efectos duraderos. El reciente gran apagón subraya la urgencia de fortalecer la seguridad de nuestras infraestructuras energéticas ante un mundo cada vez más complejo e interconectado.

La seguridad energética no se logra solo con paneles solares o turbinas eólicas. Requiere visión de Estado, inversión en tecnología, educación especializada y, sobre todo, voluntad política. Reabrir el debate nuclear, reforzar la ciberseguridad y educar a las nuevas generaciones podría marcar el inicio de una nueva etapa de resiliencia y sostenibilidad para España.

Durante los años 70 y 80, España atravesaba una transición política delicada. En ese contexto, ETA intensificó sus acciones armadas, centrando parte de sus ataques en la infraestructura energética. La construcción de la central nuclear de Lemóniz fue vista como una “imposición del Estado” y como un potencial desastre ecológico. La organización inició una serie de atentados que incluyeron colocación de explosivos, amenazas y asesinatos selectivos.

ETA y la energía nuclear: Una historia violenta y decisiva

Entre las víctimas más recordadas están los ingenieros José María Ryan, secuestrado y asesinado en 1981, y su sucesor Ángel Pascual, asesinado en 1982. El pánico se apoderó de las comunidades vecinas y del personal técnico. Las movilizaciones ciudadanas, en gran parte promovidas por colectivos ecologistas, crecieron exponencialmente. El resultado fue una decisión sin precedentes: el abandono definitivo del proyecto de Lemóniz en 1984, cuando la planta estaba prácticamente terminada.

Esa paralización fue vista por muchos como una derrota del Estado ante la violencia terrorista, y significó también un punto de inflexión en la estrategia nuclear española. A partir de entonces, la inversión en nuevas centrales fue congelada, iniciando una transición que apostó por energías alternativas y la importación masiva de energía.

El gran apagón de 2025: ¿Sabotaje informático o fragilidad del sistema?

El 28 de abril de 2025, millones de ciudadanos se vieron sorprendidos por un apagón que afectó gran parte del territorio nacional. El evento no solo paralizó actividades cotidianas como el transporte público o las telecomunicaciones, sino que también comprometió servicios esenciales como hospitales y centros de emergencia.

Inicialmente atribuido a una avería técnica, las sospechas comenzaron a apuntar hacia un posible sabotaje informático. La Audiencia Nacional abrió diligencias y, según El HuffPost, la investigación fue declarada secreta. Diversas fuentes aseguran que la red de Red Eléctrica Española podría haber sido blanco de un ataque sofisticado, posiblemente con origen externo.

Este suceso reveló la vulnerabilidad de nuestras infraestructuras digitales y energéticas. Aunque aún no hay pruebas concluyentes, el simple hecho de que se contemple un ciberataque como causa principal del apagón ha encendido las alarmas en instituciones, empresas y ciudadanos.

Parálisis nuclear: el peso del pasado en el futuro energético

El caso de Lemóniz es un ejemplo claro de cómo la combinación de presión social, miedo y violencia puede moldear políticas de largo alcance. El abandono de la energía nuclear en España ha generado una dependencia significativa de energías importadas y de fuentes renovables intermitentes como la solar y la eólica.

Si bien estas últimas son claves en la transición ecológica, su capacidad para sostener una red estable a gran escala es aún limitada sin sistemas de almacenamiento avanzados. Esta debilidad estructural se vuelve más evidente cuando enfrentamos escenarios de riesgo como ciberataques o tensiones internacionales que afectan el suministro.

Ejemplo práctico: Francia como modelo de estabilidad nuclear

A diferencia de España, Francia apostó fuertemente por la energía nuclear desde los años 70. Hoy, más del 60% de su electricidad proviene de reactores nucleares. Esta estrategia le ha permitido ser energéticamente autónoma, reducir sus emisiones de carbono y exportar electricidad a países vecinos.

Gracias a ello, Francia ha podido evitar apagones masivos como el ocurrido en España y mantener tarifas eléctricas más estables. Aunque también enfrenta desafíos, como el envejecimiento de sus centrales, el país ha comenzado a modernizarlas e incluso planifica la construcción de nuevos reactores.

Cómo proteger la red eléctrica nacional: estrategias y recomendaciones

A la luz de los hechos recientes, resulta urgente establecer una hoja de ruta clara para blindar nuestras infraestructuras críticas. Las siguientes acciones son clave para garantizar una red eléctrica segura y eficiente:

1. Ciberseguridad reforzada

  • Invertir en tecnologías de defensa digital como firewalls inteligentes y sistemas de detección de intrusiones.
  • Establecer protocolos de respuesta inmediata ante ataques.
  • Reforzar la colaboración entre el Estado y organismos especializados como el Centro Criptológico Nacional (CCN).

2. Diversificación energética inteligente

  • Apostar por una matriz energética equilibrada que combine renovables, nuclear y otras fuentes como el hidógeno verde.
  • Reducir la dependencia de importaciones energéticas de países inestables.

3. Educación y cultura de seguridad

  • Diseñar campañas públicas que expliquen la importancia de contar con una red eléctrica segura.
  • Incentivar vocaciones en ingeniería, ciberseguridad y energías renovables.
  • Promover la transparencia institucional sobre riesgos y medidas preventivas.

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Preguntas frecuentes

¿Qué es la central nuclear de Lemóniz?

Es una central que se comenzó a construir en los años 70 en el País Vasco. Fue paralizada en 1984 tras una serie de atentados de ETA y una creciente presión social antinuclear.

¿Hay pruebas de que el apagón de 2025 fue un sabotaje?

La investigación sigue en curso y ha sido declarada secreta por la Audiencia Nacional. No se descarta un ciberataque contra infraestructuras críticas.

¿Debería España reabrir el debate nuclear?

Sí, muchos expertos creen que es necesario revisar la estrategia energética nacional. La autonomía, estabilidad y sostenibilidad del sistema eléctrico dependen de decisiones valientes y a largo plazo.

¿Cuáles son las amenazas principales para nuestra red eléctrica?

Ciberataques, desastres naturales, falta de mantenimiento, y una red demasiado dependiente de fuentes variables como el sol o el viento.

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